16.4.07

Bruselas-París en busca de Bernoulli

Este fin de semana se ha acercado a París Antonio, compañero de clase en la Universidad y, sin embargo, amigo, como él mismo solía decir. El caso es que durante unos meses está en Bruselas, trabajando para la Comisión Europea. Tengo amigos importantes, ¿eh?. Y como de Bruselas a París en tren se tarda poco más de una hora, pues la cosa estaba clara.

La razón principal de su visita era desentrañar los secretos de los números de Bernoulli, viejo reto que teníamos pendiente desde hace unos años, y al que nos hemos dedicado plenamente este fin de semana. Pero claro, la información sobre estos números es difícil de encontrar, así que tuvimos que buscar por todo París. Aquí podemos ver a Antonio buscando, en la plaza del Hôtel de Ville (Notre Dame al fondo), los viejos pergaminos que Bernoulli escribió en su lecho de muerte y que desvelan todos sus secretos:


Estas "estatuas" en uno de los patios del museo del Louvre parecen indicarnos que el tiempo se nos acaba:


Así que intensificamos nuestra búsqueda. ¿Estarán en esta fuente?:


Helene, una antigua compañera de Antonio durante una estancia en las Naciones Unidas (os dije que era un tío importante...), se unió a la búsqueda. Como podeis ver, Antonio no perdió la concentración y seguía atento por si veía algún número de Bernoulli intentando escapar por el Sena:


De repente, vimos una señal luminosa en el cielo. Siguiéndola, llegamos a una gran explanada de césped donde una multitud parecía adorar este extraño monumento. Pero de los dichosos números, ni rastro.


¿Sabrá esta extraña pareja algo sobre los números? Para los que estuvisteis en el último Festival de Magia de Granada, seguro que os recuerda a alguien:


Cuando ya la visita tocaba a su fin, dedicamos un tiempo a meditar duramente sobre lo que habíamos aprendido en este fin de semana:


Como el resultado final no fue totalmente satisfactorio, tendremos que volver a reunirnos pronto para proseguir nuestras investigaciones. Próxima parada en Bruselas, aunque no se descarta una nueva sesión en París.

8.4.07

Saint Denis

Este sábado por la mañana me fui a Saint Denis, la primera construcción gótica del mundo, y panteón de casi todos los reyes franceses desde los Capetos.

Las primeras construcciones son del siglo VII, y los restos más antiguos conservados pertenecen a una iglesia carolingia del s. VIII:


Esto es lo que queda hoy de ella, parte del ábside, con unos ventanucos, algunos de los cuales conservan restos de su policromía original.

En el s. XII este ábside se utilizó como base para hacer una cripta sobre la cual edificar la basílica. La cripta destaca por sus capiteles románicos, que están a la altura de la vista, por lo que se pueden apreciar muy bien sus detalles:


También hay vidrieras. La mayoría son del s. XVIII, pero quedan algunas del s. XII. Pero actualmente están en restauración, así que las han sustituido por fotografías traslúcidas:


Las vidrieras provocan efectos de luz en el suelo y en los muros:



En el interior de la basílica hay tumbas de todos los tipos, algunas del s. XII, sobrias, con esculturas encargadas por San Luis, como ésta de la reina Berta, mujer del rey Pepino el Breve (que vaya nombrecito tenía este rey):


Y otras mucho más espectaculares, como ésta de Luis XVI y María Antonieta (que todavía tenían la cabeza sobre los hombros, aunque María Antonieta, que debía ser un poco golfilla, andaba con medio pecho al aire)


Por fuera la basílica no es espectacular. La fachada es fiel al estilo sobrio románico, aunque aparecen los primeros elementos del gótico: es la primera fachada que incorpora un rosetón:


Las portadas están muy muy negras y sucias. En ellas hay muchas esculturas típicas, que ya aparecen en templos románicos y que después se repiten en las catedrales góticas, como la gente saliendo de la tumba ante la llamada para el Juicio Final, y las imágenes de músicos (las cuales, por cierto, son muy valiosas para reconstruir los instrumentos que se utilizaban en esa época y que no se conservan):

procesión

Pues estaba yo tan contento, porque creía que este año me iba a librar de las procesiones, y resulta que salgo el Viernes y me encuentro con la única procesión de toda la Semana Santa parisina. Yo que creía que con esto del estado laico estas cosas no estaban permitidas, y mira tú por dónde, mi gozo en un pozo:


Eso sí, era una procesión cutre, sin imágenes, banda de música, mantillas ni penitentes. Sólo unos curas con una cruz de madera, y un montón de gente detrás cantando.

blog poético para Dani

La primavera ha venido
y nadie sabe cómo ha sido






Ya sé que mi humilde poema no llega a la suela de los zapatos a tu antológica obra maestra de la poesía:

Anda, Lucía
ven a Andalucía

pero qué le vamos a hacer, no todos hemos sido tocados por las musas. Eso sí, con tanta florecita, casi consigo hacer un blog tan gay como el tuyo, ¿eh?

25.3.07

visitantes

Este fin de semana he tenido visita. ¡Ya hemos estrenado la habitación de invitados! Aunque el tiempo no ha acompañado, hemos intentado hacer turismo. Sábado por la mañana en Notre-Dame, donde nos encontramos con una simpática guía
turística que pretendía impresionarmos con su sapiencia:


Sesión fotográfica en el Palacio Real:



Y para finalizar el fin de semana, animada tertulia nocturna, donde se habló de fútbol, demostrando que en un partido solteros contra casados, los solteros ganan por goleada:


Pues nada, gracias a los visitantes por la visita (y esos productos españoles) y por los buenos ratos. Y espero veros de nuevo por aquí.

18.3.07

Chartres

Me había prometido a mi mismo que hoy iría a Chartres, aunque hubiera tormenta o nevara. Así que, armado de heroismo, he puesto el despertador un Domingo a las 8 de la mañana. Como me temía, hacía un día de perros: frío, mucho viento y lluvia. Menos mal que existe el gore-tex. A las 9:30 he cogido el tren y a las 10:30 estaba en Chartres. Es una ciudad pequeñita, de unos 40000 habitantes, con un casco antiguo de calles estrechas y casas medievales. Pero lo más destacado en sin duda la Catedral:


Al contrario que otras catedrales góticas, las dos torres son distintas. La razón es que la catedral original, románica, que se empezó a construir en el s. XI, fue casi completamente destruída por un incendio a final del s. XII. Quedan de ella la portada (por debajo del rosetón) y la torre de la derecha (que es la construcción románica más alta que ha perdurado hasta ahora en todo el mundo). La aguja de la otra torre se construyó en el s. XVI. En apenas 30 años, a principios del s. XIII, construyeron una nueva Catedral, en la que destacan 3 portadas. Ésta es una de ellas:




Pero sin duda lo mejor de la Catedral son las vidrieras, algunas de ellas son del s. XII, resistieron al incendio, pero la mayoría son del s. XIII. Muchas de ellas en un intenso color azul, llamado desde entonces azul de Chartres (que me corrija la "colorista"). Las fotos no son muy buenas, pero pongo dos como ejemplo:


Es la colección de vidrieras medievales más importante de toda Francia. Por cierto, si venís a París y os gustan las vidrieras medievales, no os perdais el Museo de Cluny (de la Edad Media), en el que casi se pueden tocar con la mano. También hay en la Catedral un trascoro gótico esculpido en piedra.

Aparte de la Catedral, por todo el casco antiguo de Chartres hay unas cuantas casas medievales. La más famosa es la Casa del Salmón:


Y también la escalera de la Reina Berta:



Chartres está a la orilla del río Eure, que se aprovechaba para mover numerosos molinos de agua. Está cruzado por una serie de puentes, muchos de origen medieval:



En resumen, un sitio muy cerca de París, y al que merece la pena acercarse a pasar una mañana, sobre todo si el tiempo acompaña, no como hoy. En algunas de las calles da la sensación de haber vuelto atrás en el tiempo, por el silencio y el aspecto de las casas.

11.3.07

Chateau de Vincennes

Hoy pretendía ir a Chartres, a ver la Catedral gótica. Pero me he levantado un poco tarde, y para ir a Chartres hay que coger un tren que tarda una hora. Así que he hecho un cambio de planes. He ido a ver el Chateau de Vincennes, un castillo que está en el bosque de Vincennes, en los alrededores de París, y al que se llega en metro. Un poquito de historia:

El bosque de Vincennes era un sitio donde los reyes se dedicaban a la caza desde el siglo X. Ya en el s. XII se construye un castillo, del que hoy no quedan restos. Es Carlos V (de Francia, claro), el que en el s. XIV le da al castillo el aspecto que hoy tiene, fortificando las construcciones preexistentes y construyendo un imponente torreón (o Donjon, como le llaman los franceses):


Todo el recinto está rodeado de un imponente foso, que además de defensa, servía, en las épocas de escasez, para criar pescado con el que se alimentaba la realeza. Una imagen del foso, para que os hagais idea de lo que podía pasar si te caías cuando estaba lleno de agua. No había manera de salir:



El castillo fue durante más de 2 siglos la residencia real favorita tras el palacio de la Cité (que estaba cerca de Notre Dame, en la Isla de la Cité). Luis XIII y Luis XIV, en los siglos XVII-XVIII mandan construir, junto al antiguo castillo, respetándolo, dos pabellones gemelos, uno para el rey y otro para la reina, separados por unos 100 metros (se ve que no se llevaban muy bien...):


Con la construcción del Louvre y de Versalles el castillo de Vincennes fue abandonado por los reyes y perdió importancia. Hoy es un centro de documentación del Ejercito francés.

Bueno, un buen sitio para huir un poco del bullicio de la ciudad y tomar el sol en un día de primavera (el abrigo sobraba hoy).

10.3.07

Exposiciones

Si os decidís a venir a París, os recomiendo visitar cualquiera de los muchos museos que hay, casi todos merecen la pena. Pero ojo con las exposiciones temporales en las que os meteis. Correis el riesgo de hacer una hora de cola para después no poder ver prácticamente nada.

La primera vez nos pasó en una exposición sobre restos arqueológicos egipcios encontrados bajo el mar. Ya sabíamos que esta exposición había levantado expectación en París, así que no nos extrañó demasiado ver una cola laaaarga en la entrada. 50 minutos de espera. Lo menos que esperas después es poder ver la exposición con un mínimo de comodidad. Pues no. Lo único que puedes ver es un río de gente que rodea unas vitrinas pequeñitas, y no muy bien dispuestas, donde hay varias obras de arte egipcias. Había tanta gente que se notaba el ambiente cargado, lo cual no puede ser bueno para las obras expuestas. Para que veais que no exagero, ahí va una foto:


Tras prometer solemnemente que no volvería a ir a una exposición de éstas, hoy he vuelto a picar. En esta ocasión la exposición era sobre arte afgano, las colecciones del Museo Arqueológico de Kabul. Pues me ha tocado hacer 3 colas: una media hora para llegar a la taquilla, otra media hora para entrar a la exposición, y más de 20 minutos para entrar a la sala que era la estrella de la exposición: un pasillo largo con muchas vitrinas en línea, que había que ver prácticamente de uno en uno. Al menos merecía la pena: se trataban de objetos (piedras preciosas y adornos de oro) encontrados en unas tumbas del siglo I. Impresionantes.

Pero la próxima vez, me voy al Museo de la Edad Media, que ahí no hay colas...

1.3.07

Bruselas

Hace dos semanas estuve en Bruselas para una reunión de trabajo. No tuve mucho tiempo para hacer turismo, y además estábamos bastante lejos del centro, pero la última tarde pude darme una vuelta por la ciudad. La parte más bonita es la Grand Place, que como su propio nombre indica es una plaza muy grande en pleno centro. En ella están el Ayuntamiento y el Museo de la ciudad, dos bonitos ejemplos de arquitectura flamenca.

Ayuntamiento:


Museo:



Una casa típica, muy cerca de la Grand Place:


Y por último la Catedral, que para mi gusto tampoco tiene mucho que ver, un tanto fría:


Tampoco me dio tiempo a ver mucho más. Me reservo para cuando un amigo esté allí haciendo una estancia, seguro que entonces tengo más tiempo para visitar la ciudad, ¿verdad, Z?

Patinando...

Todos los inviernos, en la plaza delante del Hotel de Ville (el Ayuntamiento, para entendernos), montan aquí una pista de patinaje sobre hielo. En realidad, una bastante grande, para los expertos, y otra algo más pequeña, para los aprendices. Este año también había una especie de toboganes para que los niños se tiren con trineos. El caso es que allí que nos fuimos Ani y yo, a probar suerte con los patines. Ahí van dos fotos que demuestran el "arte" que tenemos patinando los dos (Ani un poquito más que yo, hay que reconocerlo).


Esta vez no nos caímos ni una sola vez, porque supe evitar las zancadillas de Ani, que todo el mundo sabe (o debería saber) que la otra vez que estuvimos haciendo patinaje me tiró al suelo, y en castigo se cayó ella también. Eso sí, a pesar de estar en la pista de principiantes, no faltaban los típicos chulitos que te pasaban a toda velocidad y, si podían, te clavaban el patín delante para echarte hielo. Pero ni ellos consiguieron tirarnos. ¿Habré nacido para patinador y no me habré enterado hasta ahora?

1.2.07

Bueno, pues ya estoy en París. Sí, sé que en el momento de escribir esto llevo dos meses ya en París, y que tendría que haber escrito aquí antes, pero más vale tarde que nunca.

Para empezar, os cuento que ya tengo piso propio (bueno, a cambio de un trozo de riñón que tengo que dejarle a la dueña en alquiler todos los meses). Lo bueno es que está muy cerca del trabajo, a un cuarto de hora andando, y eso aquí es un lujo. Además, el piso es pequeñito pero está bastante bien. Aquí os pongo unas fotitos para que lo conozcais:



Este es el salón-cuarto de estar-comedor, etc. Cuando yo llegué estaba completamente vacío (bueno, la yuca sí estaba), así que poco a poco lo he tenido que ir amueblando: la mesa, las sillas y la tele me la ha dejado mi jefe de aquí, la alfombra la he comprado yo, y también los "sillones" (o trozos de espuma doblados con una funda), que a su vez son la cama de invitados, ya lo sabeis cuando vengais. La foto no está totalmente actualizada, así que ahora tengo sillas nuevas (que no rallan el suelo, como las de la foto), y un sillón más cómodo desde el que poder ver la tele, leer, etc. sin acabar con la espalda hecha un asco.



Ésta es la cocina, que tampoco tiene mucho que ver, pero bueno. La hornilla y el frigorífico son de casita de juguete. Y eso que hay sobre el mostrador es mi nuevo bonsai, regalo de cumpleaños de Ani...


Y por último el dormitorio. Sólo cabe la cama...

Pues nada, ya que conoceis el piso, espero ir viéndoos por aquí. ¡Id reservando fin de semana, que luego seguro que quereis venir todos a la vez!

22.9.06

Por el North Campus

El Space Research Building está en el North Campus de la Universidad de Michigan. Es un campus relativamente reciente (debe tener unos 20 años o así), por lo que los edificios son todos bastante nuevos. El centro de este campus es esta torre:


Se utiliza para dar clases de campana a los estudiantes de música (asignaturas raras que tienen por aquí), por lo que algunas veces cuando vamos a comer y pasamos por al lado podemos oir cómo tocan. Muy curioso.

Los edificios en sí no son muy bonitos, pero el campus está rodeado de bosques y toda la zona construida es muy verde. Como ejemplo, un estanque delante del edificio de la facultad de música:


También hay algunas esculturas curiosas diseminadas por el campus, como ésta, al lado del mismo estanque:


O esta otra que se ve detrás de esta fuente (otro de los puntos centrales del campus):



Ypara terminar (mañana volveros a Graná, la tierra donde los árboles envidian a los de esta ciudad), un atardecer rojizo como despedida del campus:

21.9.06

El Domingo, de excursión

Este Domingo hicimos una excursión guiados por Steve, mi jefe americano. Estuvimos en un pequeño parque natural, e hicimos una de las rutas que lo cruzan. La ruta atravesaba varios lagos:


algunos de ellos se cruzaban mediante unas pasarelas de madera:




desde las que se podía parar a descansar, contemplar el paisaje y oir los sonidos de los pájaros:


También atravesaba bosques, llenos de vegetación, animales (vimos ranas, ardillas y ¡una serpiente de cascabel!) y montones de setas que harían las delicias de cualquier aficionado, pero de las que no hicimos fotos. Una fotito del bosque:


En total, unas cuatro horitas andando, todo muy llanito. Y después del "esfuerzo", un poquito de relax en el jacuzzi del hotel:


Ay, qué vida más dura ésta...