
algunos de ellos se cruzaban mediante unas pasarelas de madera:

desde las que se podía parar a descansar, contemplar el paisaje y oir los sonidos de los pájaros:

También atravesaba bosques, llenos de vegetación, animales (vimos ranas, ardillas y ¡una serpiente de cascabel!) y montones de setas que harían las delicias de cualquier aficionado, pero de las que no hicimos fotos. Una fotito del bosque:

En total, unas cuatro horitas andando, todo muy llanito. Y después del "esfuerzo", un poquito de relax en el jacuzzi del hotel:

Ay, qué vida más dura ésta...
2 comentarios:
Efectivamente, la vida de turista es muy dura, y encima pasados por agua.
Veniros pa cá a la buena vida, que esa genera mucha envidia, aunque sea mala.
Buen viaje y cuidado con lo que traeis que seguro os registran.
El jamón, dice tu madre, que os está esperando con la pata bien negra.
Hosti, setas, que guay. Yo te iba a preguntar por las drogas pero...
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