Como suele pasar con los monumentos árabes, el exterior no es muy llamativo. Lo que más destaca desde fuera es su minarete (en el que por cierto no he oído nunca al almuecín, a pesar de que paso por su lado todos los días). Es éste, aunque visto desde uno de los patios de fuera:

La zona visitable por los turistas no es muy grande: apenas dos patios, la biblioteca y un salón. El patio más grande tiene suelo de azulejo turquesa, muy llamativo:

El otro patio, que supongo es el inspirado en la Alhambra:

Y como es típico, el agua está por todas partes:

Pasar por la puerta de la mezquita un viernes es como hacer una miniexcursión a un país árabe. Además, la mezquita está rodeada de comercios árabes, sobre todo librerías.