
Boston es una excepción entre las ciudades de Estados Unidos (junto a San Francisco) porque tiene un centro en el que se puede pasear, y no es necesario moverse en coche a todos lados. Cerca de casa de Dani (que por cierto no está en Boston, sino al otro lado del río, en Cambridge) hay un cementerio al lado de una iglesia, con tumbas del siglo XVII, de la época de los colonos. También los hay por el centro de Boston.

Lo más notable de Boston es el contraste entre los edificios antiguos, de la época colonial y generalmente de ladrillo rojo, y los nuevos rascacielos del centro de la ciudad. Por ejemplo, la Old State House (donde parece ser que se desarrolló parte del famoso motín del té) está rodeada de rascacielos:

Otro ejemplo, esta iglesia pequeñita rodeada de edificios bastante más modernos:

Otro edificio característico es este mercado (creo que se llamaba Quincy Market...). Ese coche raro que está pasando por delante es un "pato", un vehículo anfibio para turistas que te da una vuelta por el centro de la ciudad y también por el río:

Estando en Boston, había que visitar los campus de dos universidades con unos cuantos premios Nobel a sus espaldas: el Massachussets Institute of Technology (MIT):

Y la Universidad de Harvard, donde trabaja Dani. La foto es del Memorial Hall, que ahora se utiliza como teatro:

Como buen turista gastronómico, aproveché mi visita para degustar los platos típicos de Estados Unidos: un burrito mexicano, unos trozos de pizza, un té picante del Starbucks (qué demonios llevaría que parecía pimienta líquida), los famosisímos Donuts del Dunkin'Donuts... Y por supuesto una hamburguesa, que nos cenamos en el piso 52 de uno de los rascacielos más altos de Boston, el Prudential (el que se ve más a la derecha en la foto):

También nos dio tiempo a visitar un barco de la Segunda Guerra Mundial, a hacer el Freedom Trail, a visitar alguna librería, y a arreglar el mundo con un café... Lo que pueden dar de sí dos días.